RUTA DESDE EL CAMPING HASTA EL ROBLE CENTENARIO ” EL REBOLLEJO”
Salimos tranquilamente del camping con las botas y la mochila, en apenas 800m cogemos la senda que nos va a subir poco a poco hasta Salcedo. Vamos cogiendo altura entre robles, es fascinante el amplisimo capital de árboles autoctonos que tiene Valderredible. Robles, Hayas, Tejos…
Como siempre que uno coge altura, las perspectivas se van ensanchando, la mirada se agranda. No es una subida excesivamente dura pero va pidiendo oxigeno. Las vistas sobre el Páramo de la Lora y Peña Camesía son fascinantes.
Después de 4 km se abre a nuestros ojos el pueblo de Salcedo. Situado sobre los 1000m, su aire es puro y limpio como pocos. Recupera en esta época algo de dinamismo después de sufrir como todo el valle un gran éxodo en los años 60 del siglo pasado. Comentan que hubo una época que solo quedó una señora viviendo en el pueblo, situación que es de reseñar porque este pueblo en invierno queda muchas veces perdido por la nieve.
Continuando un rato después de atravesar el pueblo, divisando numeroso ganado vacuno en la zona, vemos a lo lejos el fascinante roble centenario. Se levanta junto a otros dos robles en medio de una zona de pastos. Al fondo se divisa la otra Cantabria, la cordillera se abre a nuestros ojos.
A medida que nos acercamos, vamos comprendiendo las dimensiones del roble. De unos 7m de diametro y con una copa espectacular, más de diez ramas se ramifican creando un fascinante conjunto.
No es el único ejemplar de Valderredible de estas dimensiones, pero su porte señorial resulta autentico. Estamos un buen rato obsevandole y sintiendole, ni entre varios se le rodea. El entorno invita a tomar un refrigerio y disfrutar del aire puro de la montaña.
Iniciamos la vuelta no sin mirar atrás al singular ejemplar, al llegar a Salcedo encontramos abierto el TELECLUB del pueblo, vienen a ser el bar y centro cultural de estos pueblos. Tomamos un refresco, charlamos con el vecino que lo lleva hoy, nos cuenta su vuelta después de estar muchos años en el País Vasco. Todo este valle sufrió una emigración de casi el 88% de la población en el siglo XX. ¡Brutal!
Nos despedimos y descendemos entre robles aún con la imagen del roble en nuestros ojos, al cabo de una hora divisamos el camping. Llegamos satisfechos y sosegados. Una buena ducha nos espera, la sensación que nos ha quedado es de satisfacción total y el entorno de este valle nos a vuelto a dar un ejemplo de cuantas cosas tiene por descubrir.